Fuente: Clarin

Una delegación compuesta por dos grupos de funcionarios y empresarios chinos se encuentran en el país para avanzar en las negociaciones que, por orden de Mauricio Macri, derivarán en la firma de un contrato con Beijing para finalmente construir la planta nuclear conocida como Atucha III.

?Esta forma parte de las decenas de acuerdos firmados en la gestión anterior, algunos de los cuales no se concretaron y que, tras idas y venidas, se reactivaron.

La que será la cuarta central, y que se planea levantar en Lima, provincia de Buenos Aires, estipula una inversión de U$S 8.000 millones.

De cumplirse los plazos, que cobraron ahora nuevo impulso, entre abril y mayo los dos gobiernos sellarán el trato, para que en 2020 comiencen algunas «pequeñas» obras en el terreno y que en 2021 comience la titánica obra.

El año pasado, cuando la crisis financiera golpeó fuertemente a la Argentina y el Gobierno recurrió a un rescate financiero millonario del FMI, desde Economía frenaron iniciativas como esta de Atucha III. Para China, que a nivel interno y externo reactivó sus planes nucleares, esta fue siempre una prioridad. Y puso la central nuclear en todas las mesas de conversación.

Pero durante la visita de Estado que Xi Jinping hizo a la Argentina en el marco del G20 sobre fines del año pasado, Macri y el presidente chino conversaron sobre cómo reflotar el proyecto de Atucha III. Desde entonces el subsecretario de Energía de la Nación, Julián Gadano, aquí, y el embajador Diego Guelar, en Beijing, negocian estas nueva vía para resolver un factor fundamental que frenaba la planta, el que se sumaba a un cierto desinterés en Cambiemos: el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no permite que el Estado sume deuda pública, que no se sume déficit público. La construcción de la planta sumaría U$S 1000 millones por año durante siete años.

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De acuerdo a lo que ha podido saber este diario, aunque las negociaciones están aún abiertas, una posibilidad para eludir el problema del aumento de deuda es que esta se traslada a Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA). Es una empresa del Estado pero para el Fondo Monetario, es una deuda que no se cargará sobre el Tesoro, sino que se pagará a través del préstamo chino y que, por cierto, se irá también saldando con los aumentos de tarifas en la energía eléctrica a los usuarios.

Uno de los dos grupos técnicos de funcionarios y empresarios chinos que están en el país se dedicará ya a explorar las compras que harán y que se negocian con Gadano y miembros del Ministerio de Producción. La planta tendrá un 40 % de mano de obra local y el resto, de China. El segundo grupo es de CNNC, la empresa de combustibles nucleares chinos, que estará cargo de la construcción y en la que estarán la CNEA y posiblemente la argentina Perez Companc.

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